LA VERDADERA CONVERSIÓN
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
¿Qué es la conversión? No se trata de un mero cambio de costumbres o actitudes aunque tal cambio resulte el producto final de lo que entiendo por conversión. Y entiendo por ella la aceptación de todo corazón, de que Jesús es el Señor, Salvador nuestro, que nos profesa amor eterno porque él es eterno y es Amor ; y una vez que reconocemos esto, no nos cabe más que rendirnos ante ese Amor y entregarnos por entero a él. Llegados a este punto,cito la Beata Teresa de Calcuta:
Debes entonces decirle: Señor, soy tuyo. Puedes hacer conmigo lo que quieras. Esta es, hermanos, nuestra fuerza y ésta es la alegría del Señor.
Cuando renuncio ofrezco mi libre voluntad, mi razón, mi propia vida. Y todo por amor, ya que cuanto más renunciamos a nosotros mismos, más podemos amar a Dios y a los hombres.
Ésta es la esencia de la verdadera conversión. Recemos porque Dios infunda en nuestros corazones el deseo de iniciar ese camino y la gracia de perseverar en él.
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