REZO MEDITADO DEL "ALMA DE CRISTO"
por Antonio Montero Moreno
I
Doy por seguro, Señor, que millares y millares, por no decir millones, de hombres y de mujeres, a lo largo de más de cuatro siglos, han recitado el Alma de Cristo, siguiendo la recomendación de San Ignacio de Loyola, para el final de la oración personal o en momentos de especial intensidad religiosa. Esas
Alma de Cristo, santifícame
Tú sabes mejor que yo a cuántos equívocos se
presta hoy el nombre mismo del alma. Entiendo
por alma con la Biblia, la Iglesia y la tradición
cultural a la que pertenezco, esa otra dimensión
fundante, invisible e inmortal de mí ser, que
anima y sostiene la vida de mi cuerpo, que con él
me hace persona, donde se asientan la
inteligencia, la libertad, el amor y la dignidad del
hombre. De donde brotan también, por su cara
obscura, el pecado y la maldad, la abyección y la
podredumbre moral.
Sobre mi alma, que soy yo mismo, sobre su
desnudez indigente y pecadora, derrama, ¡oh
Cristo!, la gracia, la luz y la santidad de la tuya.
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de Tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame,
y mándame ir a Ti,
para que con Tus Santos te alabe,
por los siglos de los siglos. Amén
Amén!
ResponderEliminarGracias Ave!!