REZO MEDITADO DEL "ALMA DE CRISTO"
por Mons. Antonio Montero Moreno
En la hora de mi muerte llámame, y mándame ir
a Ti, para que con Tus Santos Te alabe por los
siglos de los siglos.
Se me desatan al final, Jesús bendito, la lengua y
el corazón, implorando de Ti sin rodeos la suerte
buena de una buena muerte. Toma Tú entonces,
amigo mío, la iniciativa final de llevarme a Ti en el
momento más solemne de mi destino. Hazme pasar,
entonces y para siempre, del reino de la queja al de
la alabanza. Eso es lo que quiero yo, quizá con
solapado egoísmo: cantar eternamente Tus
alabanzas, aunque ello no supusiera para mí la
plenitud eterna de la dicha. Resulta, empero, que
por eso mismo lo es. Vocación, pues, eterna la mía
de músico y de cantor. ¡Afina Tú el instrumento, Señor
soberano! Amén.
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