15 DE DICIEMBRE
Os digo que entre los nacidos de mujer, nadie es más grande que Juan. Aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él. Al oirlo, toda la gente, incluso los publicanos que había recibido el bautismo de Juan, bendijeron a Dios. Pero los fariseos y los maestros de la ley, que no habían aceptado su bautismo, frustraron el proyecto de Dios para con ellos.
Propósito del día: ser santos como nuestro Padre celestial es santo, para no frustrar su proyecto para con nosotros.
Nuestras obras de caridad no son otra cosa que el rebosar de nuestro amor por Dios que surge de nuestro interior. Por lo tanto, aquel que está más unido a Él ama más a su prójimo.
Nuestra actividad es verdaderamente apostólica sólo en la medida en que permitimos que Él actúe en y por medio de nosotros - con Su poder, con Su deseo, con Su amor. Debemos ser santos, no porque queremos sentirnos santos, sino porque Cristo debe ser capaz de vivir Su vida plenamente en nosotros.
Nuestra actividad es verdaderamente apostólica sólo en la medida en que permitimos que Él actúe en y por medio de nosotros - con Su poder, con Su deseo, con Su amor. Debemos ser santos, no porque queremos sentirnos santos, sino porque Cristo debe ser capaz de vivir Su vida plenamente en nosotros.
Consumámonos con Él y por Él. Déjale ver con tus ojos, hablar con tu lengua, trabajar con tus manos, caminar con tus pies, pensar con tu cabeza y amar con tu corazón. ¿No es esto la unión perfecta, una continua oración amorosa? Dios es nuestro Padre amoroso. Permite que tu luz de amor brille tanto ante los hombres, que al ver tus buenas obras (lavar, barrar, cocinar, amar a tu marido y a tus hijos) pueden glorificar al Padre.
Sé santo. La santidad es el camino más fácil para saciar la sed de Jesús, la Suya por tí y la tuya por Él.
( De la novena a la Beata Teresa de Calcuta)
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