jueves, 5 de enero de 2012

SÍGUEME

SÍGUEME




En aquel tiempo, determinó Jesús ir a Galilea, y encontrándose a Felipe, le dijo: “Sígueme”




     Y nosotros ¿Cuántas veces hemos escuchado  esta palabra de boca de Jesús? ¿Y cuántas veces hemos hecho oídos sordos ? ¿ Y cuántas veces ni siquiera nos hemos fijado en que la llamada era para nosotros? Jesús nos llama a todos y nos invita a todos a seguirle: no sólo se dirige a los sacerdotes, a los religiosos.  
     Todos tenemos una vocación, una llamada directa de Dios  para hacer algo hermoso por  Él con nuestra vida, como repetía la Beata Teresa de Calcuta. 
     Quiero recordar en este post unas palabras de la Madre referidas a la vocación, que podemos entender también dirigidas a cada uno de nosotros  en particular, porque  a Dios se le sigue por muchos caminos,  pero de una única manera: amándolo.

     
     "Tu vocación consiste en pertenecer a Jesús. Tu servicio a los leprosos  es sólo tu forma concreta de expresar tu amor a Jesús. Por ello, no interesa demasiado determinar a quiénes dedicas tu labor, a condición de que la realices por El, de que lo hagas con El. Esta es, en realidad, la forma de cumplir tu vocación, tu pertenencia  a Cristo.
Nuestra vocación consiste en pertenecer a Jesús.
     Jesús nos ha elegido para Sí; le pertenecemos. Tenemos que estar, pues, tan convencidos de dicha presencia, que no permitamos que nada, ni lo más insignificante, nos aparte de su posesión...  de su amor."

        No tengamos miedo de responder al llamamiento de Jesús: de Él sólo puede venir algo bueno para nosotros, porque como dice el Salmo:


                                                  

   
En prados de hierba fresca me hace reposar.
me conduce junto a fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el camino justo,
haciendo honor a su Nombre.
Aunque pase por un valle tenebroso,
ningún mal temeré,
porque Tú estás conmigo.



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